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Las costillas a la miel del restaurante Tony Roma’s para mi son emblemáticas, las mejores. Y llevaba tiempo intentado conseguir algo parecido en casa. Circula por la red una receta del pringue con el que hay que untar las costillas que dice ser la auténtica receta de estas costillas, pero no es correcta. Hasta ahora las había preparado así. Estaban ricas, peeeero no eran las del restaurante. Indagando un poco he descubierto que el tema de los adobos para costillas y las salsas barbacoa en EEUU es todo un mundo y aquí en Europa ¡no tenemos ni la más remota idea! Básicamente existen dos tipos de adobos, los que son en base ketchup y melaza, de color más oscuro (como la receta de costillas que circula por la red) y los de la zona de Carolina del Sur que son en base mostaza y miel más doraditos. ¡Y finalmente he encontrado la receta para mis costillas Carolina Honey caseras!

Ingredientes (para 4 personas):


– 2 costillares de cerdo cortados a la manera americana para barbacoa
– 1 cebolla
– 1 hoja de laurel
– 3 clavos de olor
– 1 botellín de sidra
– Mezcla de especias Rub Pulled Pork (ver notas si no la tenéis)(para el pringue)– 1 taza de mostaza dulce
– 1/2 taza miel
– 1/2 taza de azúcar
– 1/4 de taza de azúcar moreno
– 3/4 de taza de vinagre de manzana
– 1/4 de taza de agua
– 1 cucharadita de pimentón
– 1 cucharadita de pimienta negra
– 1 cucharadita de pimienta blanca
– 1/4 de cucharadita de guindilla en polvo
– 1/2 cucharadita de sal
– 1/2 cucharada de salsa de soja
– 1 cucharada de «humo líquido» (como yo no tenía, le añadí 2 cucharadas de salsa barbacoa comprada, ya que en sus ingredientes figura el humo líquido y es necesario para conseguir ese sabor ahumado)

NOTA: Si no tenéis el Rub Pulled Pork, podéis sustituirlo por cualquier mezcla de especias barbacoa que tengáis por casa o por una mezcla de azucar moreno, pimentón, sal, pimienta, una puntita de guindilla y orégano.

Preparación:

El secreto para conseguir una carne ultra tierna que se separe del hueso dejándolo limpio y que se deshaga como mantequilla en la boca es cocer previamente las costillas. Podéis hacerlo en la olla lenta, (unas 8h) hoy, como las costillas han sido un capricho de última hora no me daba tiempo, así que han ido en la olla a presión. Para ello cortar los costillares en 3 o 4 trozos, masajear bien con la mezcla de especias e introducirlos en la olla a presión junto con la cebolla, la hoja de laurel y los clavitos de olor. Añadir la sidra, cerrar y llevar a fuego fuerte hasta que la válvula levante, después bajar el fuego y cocinar al menos 20-25 minutos.

Precalentar el horno a 225º.

Mientras tanto, preparar el pringue. Poner todos los ingredientes menos el humo líquido (o la salsa barbacoa) y la soja en un cazo y mezclar bien. Llevar a ebullición y entonces bajar el fuego para que hierva más despacio. Dejar reducir hasta que la salsa espese bastante y esté a la mitad del tamaño inicial. Mas o menos unos 25 minutos. Añadir entonces la salsa barbacoa y la soja. Cocinar 10 minutos más y ya estará listo. Mirad qué pinta, para comerlo a cucharadas!
Las costillas estarán listas casi a la vez que el adobo. Sacar de la olla y sacar también la cebolla. Machacarla con un tenedor y añadírsela al pringue.
En una bandeja para horno poner una hoja de papel sulfurizado y colocar las costillas encima. Embadurnarlas bien por los dos lados con la salsa.

Meter al horno, en la parte de arriba y activar el grill. A los 10 minutos (o cd empiece a caramelizar), sacar, dar la vuelta y volver a embadurnar. Volver a meter unos minutos hasta que caramelicen por ese lado y volver a darles la vuelta y pintarlas otra vez. Unos minutos más y ya estarán listas. Servir acompañadas de patatas fritas, ensalada de col o las verduras que más os apetezcan. ¡El resultado es espectacularmente sabroso!

Y si esto mismo se hace a la brasa… (para aquellos afortunados que tengan una barbacoa) ¡no me quiero ni imaginar el placer que debe ser comer estas costillas!

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