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Una de las grandes preocupaciones de toda mujer al dar a luz es cuándo volverá a tener ciclos menstruales o cuándo será su vuelta a la fertilidad después de los loquios o cuarentena. Desde que una mujer se queda embarazada la actividad ovárica se frena, permaneciendo dormida toda la gestación. En el momento del parto da comienzo el llamado periodo de vuelta a la fertilidad.

En este periodo el sistema reproductivo se restaurará normalmente (siempre y cuando no se utilice ningún anticonceptivo hormonal): las hormonas responsables de la función reproductiva tratarán de volver a sus niveles normales, los que había antes del embarazo. El tiempo que tarden los ovarios en volver a activarse es muy variable, depende de cada mujer y especialmente de la elección del tipo de lactancia.

La prolactina: «La hormona de la leche· que bloquea los ovarios

La Prolactina es una hormona que se segrega en la hipófisis, y es la responsable de la secreción de la leche de la glándula mamaria. Comienza a aumentar su concentración a partir de la 5ª semana de embarazo, hasta el momento del parto, donde sus niveles en sangre son entre 10 y 20 veces superiores que los que encontramos en cualquier mujer sin estar embarazada. Toda la prolactina que se ha ido segregando en el embarazo está inactivada por las hormonas placentarias (básicamente Estrógenos y Progesterona). Una vez la placenta es expulsada, al eliminarse ese freno hormonal para la prolactina, en las 72 horas siguientes al parto se produce la “subida de la leche”; el bebé que succiona permite que comience la etapa de producción continuada de prolactina que terminará con el destete.

El retorno de la fertilidad depende del tipo de lactancia

La succión del bebé al mamar mantiene los niveles de prolactina, y la presencia de ésta en el cuerpo de la madre provoca un bloqueo en los ovarios, impidiendo que se produzca la ovulación y por tanto los ciclos normales en la mujer. El periodo de vuelta a la fertilidad tiene por tanto una duración muy variable dependiente del tipo de lactancia y duración de ésta:

LACTANCIA ARTIFICIAL: en la mujer que no amamanta nada más dar a luz, los niveles de prolactina vuelven al nivel basal en 2-3 semanas, y la ovulación y consecuente menstruación regresarán aproximadamente entre las seis y las diez semanas posparto.

LACTANCIA MATERNA: en la mujer que sí amamanta, los niveles de prolactina, mantenidos por la succión del bebé, determinan la supresión de las gonadotropinas hipofisarias y una inhibición parcial de la respuesta del ovario a las gonadotropinas. Es decir, el desarrollo folicular para poder ovular se mantiene bloqueado mientras se mantengan los niveles de prolactina. En este caso, el regreso a la fertilidad es muy variable, desde los tres meses hasta los treinta o más. La lactancia juega un papel muy importante:

  • Lactancia completa exclusiva: el lactante no toma ningún otro líquido ni sólido.
  • Lactancia completa casi exclusiva: el lactante puede recibir vitaminas, o de forma infrecuente agua, zumo…
  • Lactancia mixta: el 50% o más de la alimentación del lactante no proviene de la lactancia materna.

Cuanto más completa y a demanda sea la lactancia, mayor producción de prolactina, más retraso en el retorno de la fertilidad y menos probabilidad de embarazo.

¿Me puedo quedar embarazada en la lactancia?

Durante la lactancia, especialmente cuando ésta es completa y a demanda es muy difícil que se produzca embarazo. Si bien cada mujer es diferente y la casuística es inmensa; incluso en una misma mujer con sus distintos hijos la situación puede variar.

Cuando la mujer no desea quedarse embarazada debe tomar medidas y consultar con su ginecólogo sobre utilizar algún método para evitarlo. En este artículo proponemos métodos naturales que pueden ser utilizados por cualquier mujer, sin efectos secundarios y con una alta eficacia similar a otros.

¿Qué es el método de la amenorrea de la lactancia?

El Método de la Amenorrea de la Lactancia (MELA, o Lactational Amenorrhea Method) se basa en aprovechar la infertilidad o amenorrea (ausencia de menstruación) natural que tienen las mujeres durante la lactancia.

Este método tiene su origen en 1988, cuando un grupo de científicos estudió la amenorrea llegando a la conclusión de que “tras el parto, una mujer tiene una protección de al menos el 98% frente a un embarazo, durante seis meses, mientras esté en amenorrea y proporcione a su hijo lactancia materna exclusiva o casi exclusiva”.

Muchos estudios han verificado la utilidad y eficacia de este método, afirmándose que el MELA confiere un 98% de protección frente a un embarazo, siendo esta eficacia comparable a la de otros métodos anticonceptivos.

Al mismo tiempo el doctor J. Rötzer, basándose en su amplísima experiencia clínica, publicó en 1987 las “Normas de la lactancia” que alcanzan un 100% de eficacia anticonceptiva en las 12 primeras semanas de posparto siempre que:

  • El bebé no supere los 84 días de vida,
  • El bebé mame por lo menos 100 minutos al día,
  • El intervalo entre dos mamadas nunca supere las 6 horas ni de día, ni de noche,
  • El bebé tome el pecho por lo menos 5 veces al día,
  • El bebé se alimente exclusivamente de la leche materna.

Para que exista la infertilidad hay que cumplir absolutamente todas las condiciones. Cuando se deja de cumplir una sola, existe una baja probabilidad de embarazo (2-3%) que va en aumento a medida que se van incumpliendo otras.

Utilizar la amenorrea para posponer o evitar un embarazo tiene una serie de ventajas:

– Es sencillo de aprender y utilizar, desde el primer día posparto.

– Sirve para cualquier mujer, de cualquier religión o cultura.

– Es eficaz en al menos un 98%.

– No supone un gasto.

Pero también tiene una serie de desventajas que no debemos omitir:

– La duración del MELA es autolimitada, sólo sirve para un momento muy específico de la vida de la mujer.

– Requiere una lactancia exclusiva o casi exclusiva que puede ser difícil de lograr para algunas mujeres, especialmente si no tienen apoyo en los momentos de dificultad o si deben volver al trabajo demasiado pronto.

– Utilizar sacaleches en algunos momentos del día, en vez de la succión directa del bebé, disminuye la eficacia del método.

– No protege frente a enfermedades de transmisión sexual.

Existen indicadores biológicos que hacen posible reconocer la vuelta de la fertilidad

Utilizar la lactancia como método para no concebir es limitado en el tiempo.

Es importante señalar que la ovulación siempre precede a la menstruación, y muchas mujeres se quedan embarazadas durante una lactancia… ¡sin darse cuenta!  Por ello, cuando se deja de cumplir alguna de las condiciones de infertilidad en la lactancia o incluso antes, es aconsejable aprender a usar alguno de los Indicadores biológicos que son reconocibles por cualquier mujer. Tienen la ventaja de ser absolutamente compatibles con la lactancia y además hacen posible reconocer día a día el retorno de la fertilidad. Los Indicadores de Fertilidad están reconocidos científicamente siendo los más utilizados los dos siguientes:

  • Temperatura corporal basal: constituye el Método de la Temperatura Corporal Basal y requiere de la toma diaria de temperatura, cumpliendo las condiciones adecuadas para que el registro sea válido. Confirma a la madre de que ya ha ovulado, pero tiene el inconveniente de no avisar de cuáles son los días previos a la ovulación, días que son potencialmente fértiles.
  • Secreción o Moco Cervical: es el indicador de fertilidad por excelencia, y el Método de la Ovulación Billings lo utiliza para que la mujer aprenda a reconocer su patrón básico de infertilidad mediante la observación diaria de los distintos tipos de secreción cervical y sensación que producen en la vulva. De esta manera se presta constante atención a los posibles cambios que indiquen una vuelta a la fertilidad.

Los conocidos Métodos Sintotérmicos utilizan simultáneamente ambos indicadores. Los tres métodos, así como el MELA son conocidos como los Métodos Naturales de la Fertilidad. En el periodo de posparto y lactancia son altamente recomendados ya que permiten detectar el momento de la ovulación y el seguimiento de los primeros ciclos que suelen ser irregulares hasta que el sistema hormonal se estabiliza. Tienen la gran ventaja de no provocar efectos secundarios al no interferir en el sistema hormonal reproductivo.

La OMS y amplios estudios reconocen los Métodos Naturales de la Fertilidad como opciones de alta eficacia (hasta un 99,7%) para posponer embarazo, incluso en el posparto y la lactancia.

Estos métodos pueden utilizarse igualmente con la finalidad de buscar un embarazo al permitir a la mujer reconocer el momento exacto de la ovulación y días previos fértiles.

Para poder utilizar los Métodos Naturales, tanto para buscar como para evitar un embarazo, es necesario un aprendizaje guiado en sus inicios por un experto, que enseñe su correcto funcionamiento, permitiendo que la mujer y su pareja puedan aplicarlos de manera autónoma en cualquiera de las etapas reproductivas, también en el posparto y la lactancia.

 

Eva Corujo Martín

Farmacéutica, experta en Métodos de Conocimiento de la Fertilidad.

Cursos de Aprendizaje presenciales y online

 


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