Un nuevo estudio desmonta los mitos del calzado minimalista en la infancia
- El trabajo del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) concluye que el calzado minimalista aumenta la inestabilidad, lo que da lugar a un mayor porcentaje de caídas en los primeros pasos de los niños
Un nuevo estudio desarrollado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) desmonta con evidencia científica los mitos y creencias erróneas que circulan desde hace tiempo sobre los efectos en el desarrollo infantil del calzado minimalista, una moda cada vez más extendida en España y otros países. En concreto, el estudio, que compara los efectos de los distintos tipos de calzado infantil (convencional, Biogateo y minimalista) sobre la forma de caminar, llega a la conclusión de que todos los calzados alteran el patrón de marcha descalzo, pero el calzado tipo minimalista no solo confiere mayor inestabilidad al niño que el calzado convencional o el Biogateo, sino que incluso le provoca más inestabilidad que caminando descalzo. Esto, entre otros problemas, estaría relacionado con un aumento en el número de tropiezos y caídas.
El hecho de ir calzado supone una extensión artificial del miembro inferior que el niño ha de gestionar durante el desarrollo de la marcha. Si este calzado no presenta una estructura funcional mínima, el niño tendrá que realizar un esfuerzo extra que se traduce en una mayor modificación del patrón de marcha y un menor control, lo que provoca un aumento de tropiezos y caídas. El estudio aprecia 0% de caídas con calzado convencional, con Biogateo y con la marcha descalzo, frente a un 7,5% con calzado del tipo minimalista.
Además, el estudio no ha encontrado evidencias que sustenten las afirmaciones y creencias pseudocientíficas que vinculan el aporte de estabilidad del calzado convencional o del calzado Biogateo a un efecto perjudicial para la salud futura de los pies. “El calzado más adecuado para esta etapa es aquel que, además de proteger al niño del frío y del entorno cuando no es seguro, tiene una estructura funcional mínima adecuada para permitir la movilidad del pie sin reducir el control de la marcha”, concluye el trabajo del IBV.
NIÑOS DE ENTRE 14 Y 25 MESES
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) es un centro de I+D vinculado a la Universitat Politècnica de València cuyo objetivo es el fomento y práctica de la investigación científica, el desarrollo tecnológico, el asesoramiento técnico y la formación de personal cualificado en Biomecánica.
Ante la existencia de una tendencia de opinión cada vez más extendida y la falta de evidencia científica sobre los efectos de diferentes tipos de calzado en niños durante la fase de adquisición de la marcha, la marca de calzado infantil Biomecanics, cuyo calzado se basa en la investigación y evidencia científica, ha promovido un proyecto de investigación liderado por un equipo multidisciplinar del IBV formado por especialistas en biomecánica del pie y de la marcha, con formación en Podología, Fisioterapia, Traumatología e Ingeniería, entre otras.
El estudio se ha realizado con una muestra de edades comprendidas entre los 14 y 25 meses, con bebés que llevaban al menos de 1 a 3 meses caminando de forma independiente y estable. Se usaron tallas entre la 19 y la 22 o equivalentes. Se realizó un estudio biomecánico, consistente en un análisis cinemático y dinámico de la marcha, de tres tipos de calzado: minimalista, sin contrafuerte o estabilizador externo y suela de espesor en el antepié en torno a 1 cm; convencional, con contrafuerte rígido, suela poco flexible y de espesor en el antepié mayor a 1cm; y Biogateo, sin contrafuerte, con estabilizador externo flexible y suela de espesor en el antepié menor de 1 cm.
ALGUNAS CONCLUSIONES DEL ESTUDIO
- Control medio lateral: El soporte estructural en el calzado mejora el control medio lateral del talón en el contacto inicial del pie sobre el suelo. El calzado Biogateo aporta más control medio-lateral en el contacto inicial del talón y el apoyo del pie sobre el suelo, lo que reduce el riesgo de inestabilidad.
- Estabilidad: Un calzado sin estructura funcional mínima incrementa el riesgo de caídas con respecto a caminar descalzo. Destaca la única presencia de caídas con el calzado minimalista.
- Repetibilidad: Una longitud de paso más variable se asocia a una marcha más inestable y a un mayor riesgo de caídas. El calzado minimalista produce una marcha con mayor variabilidad en la longitud de paso.
- Flexibilidad metatarsianos: El calzado debe facilitar la flexión de la articulación metatarsofalángica durante la fase de despegue. Todos los calzados reducen la movilidad de la articulación metatarsofalángica respecto al pie descalzo.
- Movilidad articular del tobillo: En la marcha descalza, el pie apenas presenta flexión respecto de la tibia en el contacto inicial, por lo que contacta prácticamente plano. El calzado incrementa el rango de la movilidad de la articulación del tobillo y rodilla en sus rangos de flexo extensión con respecto a ir descalzo. El calzado no limita los movimientos de la rodilla ni del tobillo.
Biomecanic