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Utilizar un juguete como herramienta de superación, para disminuir los niveles de ansiedad, para solventar problemas de miedos o para sentir seguridad es común no sólo en los más pequeños, sino que también los adultos suelen utilizar algún objeto de apego.

En el año 2013 se hizo una encuesta en Reino Unido, en la que se ponía de manifiesto que el 35% de los adultos compartía cama con lo que ellos llaman su “teddy bear”, porque aportaban seguridad, cariño y paz. Vamos, un amigo que te escucha, pero no te juzga, eso se ve en el osito de peluche.

Esos muñecos ‘quita penas’ son lo que los psicólogos llaman objeto transicional y tienen funciones importantes para el pequeño porque les aporta compañía y les da seguridad, sólo con el hecho de tenerlo junto a ellos.

Los objetos ‘quitapenas’ les aporta seguridad y les ayuda a disminuir la tensión

Objeto transicional

¿Qué es un objeto transicional? El psicoanalista Donald Winnicott, fue quien utilizó por primera vez esta denominación, y según señaló tenía funciones objetivas y subjetivas, las primeras porque es un objeto real y las segundas porque la mayoría de sus funciones pertenecen a la imaginación.

También conocido como objeto de consuelo u objeto de apego, se puede decir que suple algunas necesidades y aporta al niño seguridad, y también cierto placer, por ello les gusta tenerlos siempre cerca. Y suelen buscarlos en situaciones de soledad, a la hora de ir a la cama, o cuando tienen distintos niveles de ansiedad.

Un juguete de este tipo les ayuda por tanto a disminuir la tensión que sienten por distintos motivos, sobre todo hasta que llega la etapa donde van a desarrollar la madurez psicológica para gestionar mejor el miedo, la soledad, la ansiedad, etc

Bebé y mujer


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