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La inteligencia es la forma en que se solucionan problemas a partir de experiencias pasadas. Dado que él bebe tiene pocas experiencias, no se puede decir que sea inteligente; en cambio tiene muchas ganas de aprender, tiene un cerebro con diez mil millones de neuronas y el potencial necesario para poder adquirir un alto nivel de inteligencia.

Los bebés aprenden constantemente, ese aprendizaje lo van almacenando. A medida que su cuerpo se hace más resistente, su cerebro va tomando conciencia, de forma que cuando es capaz de caminar y explorar el mundo que le rodea, el cerebro ya contiene las bases para almacenar conocimientos. Aún no tiene muchas experiencias guardadas, ya que tarda varios años en ir acumulando, pero poco a poco va creando experiencias que le ayudan a enriquecerse y aprender a enfrentarse al mundo.

Capacidades sensoriales

Tener un buen comienzo, una infancia llena de ricas y variadas experiencias siempre ayuda. Desde que el bebé nace tiene un abanico de capacidades sensoriales: el oído, el tacto, la visión, el olfato, el oído y el equilibrio. Todas ellas le proporcionan distintas sensaciones. Su cuerpo aún se desarrolla con lentitud y es incapaz de llevar a cabo todo lo que querría, esto no significa que sus experiencias carezcan de valor, simplemente no sabe cómo reaccionar ante ellas.

Cuando es capaz de caminar su cerebro ya contiene bases para almacenar conocimientos

El cerebro de un niño está mucho más ocupado que el de un adulto. Las neuronas absorben toda la información que parezca útil, para organizar esta información, las neuronas tienen que comunicarse entre ellas. Este proceso se realiza mediante la ‘sinapsis’.

Los primeros años los bebés y niños absorben todo, pero después cuando van creciendo el cerebro va seleccionando la información.

Aprender mediante el juego

Además de los factores genéticos influye mucho el entorno, que debe ser rico y variado. Cuantas más conversaciones, música, emoción, integración sensorial, estimulación mental y actividad física, más posibilidades tendrá de convertirse en un adulto animado, sensible, inteligente, responsable… Cuanto más juegue y explore de bebé en su día a día, más probabilidades tendrá de ser un adulto creativo e imaginativo. Los bebés necesitan explorar y aprender mediante el juego.

Desde los primeros días, cuando el bebé está tumbado en el cuna observando el techo, es consciente de las formas, sombras y sonidos que le rodean. Sus oídos son sensibles para tolerar ruidos bruscos, en cambio disfruta de la música agradable, lo que le proporciona la experiencia necesaria para distinguir ritmos y sonidos. Cuando un adulto lo abraza, le da mimos, lo balancea en el aire, el bebé obtiene sensaciones de tacto y equilibrio.

Las neuronas del niño absorben toda la información útil y la organizan mediante la ‘sinapsis’

Su cerebro

cerebro del recién nacido contiene cerca de 2.500 sinapsis ligadas a cada una de los diez mil millones de neuronas, en el caso de un niño de 2 años, esta cifra aumenta a 15.000 sinapsis por neurona más de las que se producen en el cerebro de un adulto, (por ello que se habla de la plasticidad neuronal en los primeros años). La razón de que un adulto tenga muchas menos es que muchas de estas conexiones se pierden, las más utilizadas se refuerzan y las menos utilizadas se debilitan y van desapareciendo.

Lo que debes hacer

Como padres sois los primeros maestros para vuestro bebé y las experiencias que viva le van a macar, ya que la personalidad del niño se desarrolla en sus tres primeros años de vida. No olvidéis que:

  • Es importante prestarles atención y jugar con ellos, en definitiva, hay que dedicarles tiempo de calidad.
  • Los primeros meses se centran en nuestra cara, imitarles sus gestos y sonidos los estimulará a seguir emitiéndolos.
  • Hablarles siempre y contarles lo que vais haciendo en cada momento también les ayuda a estimular su lenguaje y su cognición.
  • Cantar con ellos, jugar, leerles cuentos

 

También psicomotricidad

Además, durante esta etapa de su vida también es importante dejar que el bebé tenga espacio para desarrollarse, que esté en el suelo le ayuda a poder desarrollar su psicomotricidad permitiéndole fortalecer su musculatura y dándole la oportunidad de desplazarse por sí mismo. Si les tenemos siempre en una silla o hamaca no les estaremos dando la oportunidad de fortalecer su musculatura para posteriormente poder desplazarse. Es la única manera para que pueda ganar autonomía

María Algueró
Experta en Atención Temprana.Maestra de educación Infantil (especialista 0-3).Educadora de Masaje Infantil. Psicomotricista.Instructora Independiente Cincodeditos.Instructora de porteo

 


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