Las mascarillas de tela reutilizables se han convertido en un
complemento más en nuestro día a día. Son un sistema de protección indispensable ante el coronavirus, pero hay que usarlas bien y sobre todo lavarlas y desinfectarlas correctamente para evitar que se transformen en un transmisor del virus. ¿Sabes todas las opciones que tienes?
Las mascarillas ya forman parte de nuestra rutina diaria. Son algo muy importante para nuestra seguridad, pero debemos revisar nuestros hábitos de uso y limpieza para asegurarnos que no cometemos errores que pueden implicar riesgos.
No cambiar las mascarillas cuando toca representa una importante pérdida de eficacia.
Alargar su uso más de lo recomendado también facilita la concentración de humedad que puede provocar irritaciones en la piel. Asimismo, la falta de higiene en las mascarillas puede incluso convertirse en un vector de transmisión del virus si se
dejan sobre superficies no desinfectadas o se manipulan con las manos sucias. Por ello,hay que seguir las recomendaciones en cuanto al tiempo de utilización, así como las normas básicas de higiene y desinfección, importantísimas ya que la mascarilla es un
accesorio que está en continuo contacto con dos de las vías principales de contagio: la nariz y la boca.
Hay que tener en cuenta que las mascarillas que se pueden lavar y desinfectar son las mascarillas higiénicas reutilizables
- Las mascarillas quirúrgicas y mascarillas EPI (FPP1, FPP2 y FPP3) deben desecharse siempre tras el tiempo máximo recomendado de uso.
¿CADA CUÁNTO LAVARLAS?
Debemos lavar las mascarillas reutilizables después de cada uso
- Asimismo, también debemos cambiarlas cuando las notamos húmedas, sucias o deterioradas.
Incluso si por alguna razón hemos tenido que tocar la mascarilla con las manos.
¿CÓMO LAVAR BIEN LAS MASCARILLAS DE TELA?
Antes de nada, cabe aclarar que con un lavado normal a 30ºC no se eliminan los gérmenes que se acumulan en la mascarilla. Según las recomendaciones de Sanidad, para que durante el lavado se consiga desinfectar las mascarillas higiénicas reutilizables, se han de utilizar algunos de los siguientes métodos:
En la lavadora:
usa detergente normal, pero elige un programa en el que la
temperatura del agua esté entre 60º y 90ºC.
Con lejía:
Usa una dilución de 1:50. Es decir, 20 ml de lejía por 980 ml de agua (casi un litro). Es mejor que sea fría o tibia, ya el agua caliente provoca que la lejía se evaporare: bajaría su concentración y, además, los vapores de lejía son tóxicos. Deja las mascarillas media hora en remojo y luego enjuágala muy bien
con agua y jabón hasta que no quede ningún resto.
Con un desinfectante textil:
Elije un desinfectante con actividad virucida autorizado por el Ministerio de Sanidad como, por ejemplo, Sanytol desinfectante textil.
Con esta opción evitas la lejía y las altas temperaturas que
pueden decolorar o dañar los tejidos de tu mascarilla ya que Sanytol desinfecta incluso a baja temperatura. Además, es adecuado en el contexto actual para la desinfección general de la ropa e incluso aquella que haya estado en contacto con enfermos.
La forma de usarlo para asegurar su eficacia es:
- Sumerge las mascarillas en 2 l de agua tibia.
- Vierte 10 ml de Sanytol y deja actuar en remojo durante 15 minutos.
- Después, lava las mascarillas con agua y jabón con normalidad aclarándolas muy bien.
- Déjalas secar completamente antes de volver a ponértelas.
Secar y guardar
Este último punto es clave. La humedad
es el entorno ideal para la proliferación de bacterias, por esta razón el proceso de secado es tan importante. Lo ideal es tenderlas en el exterior. Debes asegurarte de que estén
completamente secas antes de guardarlas, revisando especialmente las costuras y zonas con más dobleces, muy habituales en las mascarillas de tela.
Muchos fabricantes recomiendan plancharlas después del lavado. Y no usar la secadora ni la limpieza en seco.
Las bolsas de papel y las cajas de cartón son un buen lugar para guardar las mascarillas limpias.
Y recuerda: siempre que guardes una mascarilla usada, también se ensuciará o contaminará el lugar donde la pongas, si no lo puedes desinfectar o lavar, también lo tienes que desechar.
8 buenas prácticas para mantenerlas desinfectadas y efectivas
Estos consejos son especialmente importantes si usas mascarillas de tela, ya que no las desecharás, las volverás a usar. Acuérdate de tener siempre las manos limpias y más si vas a tocar tu mascarilla.
1.
Desinféctate las manos después de manipular la mascarilla o lávatelas con agua y jabón.
2.
Quítate y ponte la mascarilla usando solo las gomas.
3.
Nunca tires de la parte frontal externa de la mascarilla para sacártela o recolocarla.
4.
No la dejes boca arriba sobre mesas u otras superficies que puedan estar sucias o contaminadas.
5.
Después de usarla, guarda tu mascarilla reutilizable en una bolsa de papel o en un sobre hasta que puedas lavarla.
6.
Controla el número de lavados y no superes las recomendaciones del fabricante.
7.
Revisa periódicamente que te queden bien colocadas y ajustadas. Que las gomas o la tela no se hayan dado.
8.
Lleva siempre a mano mascarillas de repuesto. Tras su uso continuado, es más fácil que las tiras de las de tela pueden romperse.