Ingredientes (para unas 18 albóndigas de buen tamaño):
(para las albóndigas)
– 2 pechugas grandes de pollo
– 1/2 paquete de bacon en tiras
– 1/2 calabacín hermoso
– Queso rallado Emmental
– 50 ml de leche
– Pan rallado
– 1 huevo
– Sal y pimienta negra
– Harina
(para la salsa)
– 1 cebolla hermosa
– 2 zanahorias
– 1/2 calabacín hermoso
– 1 lata de tomate triturado (400g)
– 1 vasito de vino blanco
– 1 vaso de caldo de pollo (o en su defecto agua con una pastilla de concentrado)
– 1 cucharada de azucar
– Albahaca
– Orégano
– Sal y pimienta negra
– Aceite de oliva virgen extra
NOTA: Perdonad que no tenga las fotos con absolutamente todo el paso a paso. Estaba inventando, a la vez que peleaba con la peque e iba sacando alguna foto con el móvil (no tenía la cámara a mano) en la medida que me acordaba. No tenía mi mente en modo «receta para el blog»…
Preparación:
Lo primero es preparar la mezcla de la carne. Picar las pechugas en la picadora o pedirle al carnicero que lo haga.
Picar ahora en la picadora el medio calabacín, el bacon y un buen puñado de queso emmental rallado.
Añadir esta mezcla a la pechuga picada y mezclarlo bien con la mano. Añadir la leche, el huevo semi batido y mezclar. Salpimentar.
Añadir ahora pan rallado en cantidad suficiente para secar la mezcla y poder trabajar cómodamente a la hora de formar las albóndigas. esta cantidad dependerá del tamaño del huevo y el agua que haya soltado el calabacín. Es un poco a ojo. Dejar reposar 10 minutitos, que el pan se hinche y absorba la humedad.
Formar las albóndigas de un buen tamaño, como pelotas de golf. Pasarlas por harina y dejarlas reposar para que asienten 10 minutos en la nevera.
Ahora toca freírlas. Poner aceite de oliva en la cazuela cubriendo bien el fondo y cuando esté bien caliente empezar a freir las albóndigas. No todas a la vez, así tendréis espacio en la cazuela para maniobrar. Ir dorándolas bien por todos los lados.
Sacar y reservar.
Picar la cebolla, las zanahorias y el medio calabacín (yo le quité parte de la piel para que la salsa al final me quedara suave, suave. Si tenéis Thmx eso no será un problema)
Pochar la verdura lentamente en el aceite que ha sobrado de freír las albóndigas. A fuego lento, con paciencia, unos diez minutos hasta que la cebolla empiece a dorar y la verdura esté blandita.
Añadir ahora el vino y dejar que reduzca y se evapore todo el alcohol.
Añadir el caldo de pollo y el tomate triturado, orégano, albahaca y pimienta negra al gusto.
Cocinar a fuego lento hasta que el tomate esté cocinado y la salsa haya reducido un poco y empiece a subir el aceite.
Pasar al vaso de la batidora y triturar. Batir sin miedo, un buen rato hasta conseguir una mezcla suave y cremosa. Como las albóndigas llevaban harina es posible que al triturarlo todo junto se os quede demasiado espeso, corregir la textura de la salsa con un poquito más de agua si fuera necesario.
Pasar la salsa de nuevo a la cazuela, introducir en ella las albóndigas y cocinar a fuego lento todo junto, dándole la vuelta a las albóndigas de vez en cuando, unos 40 minutos.
Y ya están listas!
Servir acompañadas de arroz blanco, puré de patata o patatas fritas. A los peques de la casa les va a encantar y es una forma divertida de comer verduras!
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