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No hay imagen más tierna que la de un bebé durmiendo plácidamente en su cunita. Una madre puede pasarse horas y horas mirando cómo su bebé duerme, a pesar del cambio de vida que ha experimentado después de tener a su pequeño y el cansancio que ocasiona seguir su ritmo. Pero ese sueño está preparándolo para su desarrollo posterior.

No todos los niños duermen igual, ni el mismo tiempo, aunque hay una pauta general en la que podemos decir que en su primer mes de vida el bebé duerme en torno a las dieciséis o dieciocho horas y suele despertarse a intervalos de tres cuatro horas.

IMPORTANCIA DEL SUEÑO

El sueño se divide en dos estados diferenciados: sueño NREM (de ondas lentas) y el sueño REM o de movimientos oculares rápidos. El sueño NREM a su vez se divide en tres fases (1,2,3) que van de menos a más profundidad.

Los estados REM y NREM se alternan en ciclos que en el REM duran cuarenta minutos y se van alargando hasta los noventa minutos del adulto.

La alteración del sueño ocasiona múltiples alteraciones en su organización neurológica, tales como: irritabilidad nerviosa, hiperactividad y atención dispersa; como es sabido, la organización del sueño-vigilia forma parte de los ritmos biológicos del sueño y a su vez viene a ser un factor clave para sentar las bases neurofisiológicas de la estimulación temprana.

Cuanto más pequeño es el niño más problemas tiene para regular los ciclos del sueño, ya que su reloj biológico aún no está preparado convenientemente. No te preocupes si hasta los nueve meses se despierta por la noche, es algo normal. Cada niño se comporta de distinta manera a la hora de dormir.

La alteración del sueño ocasiona múltiples alteraciones en su organización neurológica

DUERME PEQUEÑO

El sueño del bebé, sobre todo en los primeros meses, viene marcado fundamentalmente por la alimentación, pero como norma general diremos que durante el primer mes de vida no se deben alterar las tomas del pequeño. A partir del mes se puede empezar a guardar la pausa nocturna de seis horas.

Trataremos de ir ayudando al niño a que aprenda a distinguir el día de la noche. Si dejas que duerma demasiado por el día, correrás el riesgo de que por la noche esté más activo y no quiera dormir, por lo que no podrás descansar convenientemente.

Es importante establecer unas pautas ‘presueño’ si queremos que descanse correctamente. Lo primero es la temperatura de la habitación, que debe ser agradable, ni demasiado frío ni demasiado calor. Evitar jugar con él antes de ponerle en su cuna, el baño, un masaje, una música suave y agradable y una luz tenue servirán para enseñarle que es momento de dormir. Poco a poco irá descansando mejor y más horas.

Ya sólo te queda dejar al bebé en la cuna, siempre despierto, para que aprenda a dormir solito.

LA MEJOR POSICIÓN

Muchos padres nos preguntan que cuál es la mejor posición para colocar al bebé en su cuna para dormir, pues bien, los primeros seis meses boca arriba, para evitar el Síndrome de Muerte Súbita. A partir de los siete meses, indistintamente boca arriba, abajo o de los lados.

Y si llora, no hay que ponerse nervioso, porque terminamos transmitiéndole nuestro nerviosismo. Todos los bebés y niños se despiertan por la noche. Si llora en el momento de acostarlo, hay que arrullarlo, pero colocarlo en la cuna antes de que se duerma.

Hay padres que optan por meter al niño en la cama para que deje de llorar, lo que se conoce como ‘colecho’, algo nada recomendable para niños menores de seis meses, ya que esto aumenta el riesgo de Muerte Súbita del Lactante.

Dr. Imad Kheiri. Servicio de Pediatría de Policlínica Longares

Es importante establecer unas pautas ‘presueño’ si queremos que descanse correctamente


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