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Hoy te contamos porqué atraes a tu vida situaciones o conflictos concretos que parecen repetirse como si estuvieses atrapado en un bucle y nunca llegases a ver la puerta de salida. ¿Alguna vez te has preguntado por qué siempre terminas en la misma situación en el trabajo? ¿o por qué siempre tienes los mismos problemas en tus relaciones de pareja o familiares o con tus amistades?

Te daré una gran noticia: “No hay nada que entre a tu vida que no haya sido invitado antes”. Somos pura energía y según vibramos atraemos a nuestra vida distintas experiencias.

Cuando nos encontramos ante dichas situaciones, nuestra respuesta más frecuente es tomar la salida que creemos más rápida para escapar de la misma, es decir, cortar por la tangente, porque esa experiencia o persona nos genera mucho rechazo. Tendemos a preguntarnos ¿por qué?, por qué siempre me pasa esto, por qué siempre encuentro este tipo de parejas, por qué mi hijo siempre tiene este comportamiento que me irrita tanto, etc; es decir, nos ponemos a realizar un análisis desde un programa de víctima de esa situación.

Lo importante de esas situaciones es que las atraemos nosotros porque necesitamos tener un aprendizaje o sanar alguna parte de nosotros y necesitamos vivir esas experiencias para lograrlo. El truco está en cambiar el por qué por el para qué, ¿para qué estoy experimentando esta situación? ¿qué aprendizaje tiene para mi?

Generar rechazo

Cuando algo nos genera rechazo, nuestro cuerpo nos invita a huir rápidamente, porque lo registra como una amenaza a nuestro bienestar. Nada más lejos de la realidad, todo lo que nos genera rechazo o nos molesta es la proyección de una parte de nosotros mismos, que no tenemos aceptada, como no tenemos esa parte aceptada en nosotros, necesitamos verla fuera, para poder reconocerla y de esta forma poder aceptarla o amarla.

A lo largo de nuestra vida, por algún motivo social o por percepciones erróneas, hemos decidido colocar esa parte de nosotros en el cajón de las sombras, en el cajón de las cosas que no nos gustan de nosotros mismos, porque creemos que no están bien determinados comportamientos o actitudes, o creemos que si tenemos ese comportamiento los demás no nos van a querer o no nos van a aceptar y nos vamos a sentir solos.

Todos lo que nos genera rechazo o nos molesta es la proyección de una parte de nosotros mismos que no tenemos aceptada

Generamos dualidades constantemente, es decir, toda cualidad que nos gusta de nosotros, podríamos hablar de nuestras luces, lo que nos gusta que los demás vean en nosotros, genera automáticamente una sombra, una cualidad que “tenemos” pero que rechazamos. Esta dualidad nos genera mucho sufrimiento, porque nos limita a lo largo de toda nuestra vida mientras no aceptemos ambas partes; es como las dos caras de una moneda, una no existe sin la otra, necesitamos ambas partes y por ese motivo tenemos que aceptar ambas, hasta que no alcanzamos este nivel de aceptación no somos realmente libres de elegir y permanecemos en el “día de la marmota”. Esto significa que actuamos el 95% del tiempo desde nuestros programas automáticos, lo que nos llevan siempre a repetir una y otra vez los mismos comportamientos, obtener siempre los mismos resultados y necesitar repetir las mismas situaciones una y otra vez, permaneciendo en el día de la marmota de forma permanente.

No te fíes de tu ego

La ironía de todo esto es que nuestro ego nos genera la ilusión de estar ocultando esas sombras y el resto puede ver absolutamente todas nuestras cualidades, las que amamos y las que rechazamos de nosotros mismos. Cuanto más intentamos ocultarlas más evidentes son para los demás y si no lo crees haz la prueba, elige una cualidad que te genere rechazo en cualquier persona que conozcas y pregúntale a alguien cercano si cree que tu tienes ese comportamiento que tanto rechazas en los demás. Nuestra parte inconsciente de la mente, que aproximadamente es el 95%, debería recibir el “Oscar al mejor director de cine”, porque nos alimenta nuestros auto-engaños de forma muy sutil y creativa con las “películas” que nos hacemos.

La buena noticia es que nuestro cerebro tiene una gran cualidad: es tremendamente plástico, es decir, que nuestro cerebro tiene una gran capacidad para cambiar su estructura y podemos salir de esos programas automáticos y con ello del día de la marmota y de las situaciones que nos provocan contracción emocional y se repiten una y otra vez. Tan sólo hay que empezar a preguntarse para qué necesito vivir esta experiencia, que me está mostrando, qué aprendizaje tengo delante y no estoy viendo… y para responder la misma tengo que hacerlo desde el “sincericidio”, conectando con la “verdad”, si no consigo ser sincero conmigo mismo seguiré invitando esa situación a mi vida, porque significará que sigo necesitando que me muestren esa parte de mi para sanarla, cuando no veo las cosas por mi mismo sigo atrayendo esas experiencias a mi vida para poder verlas, como si se tratase de una película y le diese al play cada vez que llega el final de la historia.

No continúes en bucle

Esas experiencias no están ahí para mantenerme en un estado de malestar o para que permanezca en el modo víctima o en la parálisis por el análisis y mucho menos para que decida “irónicamente” la salida rápida y corte por la tangente y digo irónicamente, porque precisamente esas son las causas de continuar en el bucle una y otra vez. Esas experiencias están ahí para que yo trascienda, evolucione, culmine ese aprendizaje; recuerda que las atraes tu mismo desde tus pensamientos y tu energía, cuando atraes algo, no es para generarte malestar, todo lo contrario, es parar ayudarte a realizar ese aprendizaje, es para poder aceptar esa parte de ti que ahora te está limitando y provocando mucho sufrimiento en tu vida, porque no puedes sentir la libertad plenamente.

La decisión que tienes que tomar es muy sencilla… ¿Te apetece salir del día de la marmota? ¿Te apetece sentir la libertad en toda su plenitud? ¿Te apetece pasar del miedo al amor? Si algo en tu interior te ha empujado a contestar ¡SIII!! ¡Ha llegado tu momento, el momento de despertar y asumir la responsabilidad de tu vida! ¿Te atreves? La vida está diseñada para valientes que asumen su responsabilidad y salen del programa de víctima pasando del por qué al PARA QUÉ, los efectos secundarios que encontrarás serán: Empezar a vivir desde otro lado,  dejando atrás el drama y viendo cada experiencia como una oportunidad de trascender una frontera de tu mente inconsciente, tirando esos muros la paz interior estará al alcance de tu manos.

La parte inconsciente de la mente, que es aproximadamente el 95%, alimenta nuestros auto-engaños de forma muy sutil y creativa

 

¡Ojo con las vibraciones que envías a tus hijos! 

Las experiencias que tienes con tus hijos no están exentas en este caso, el vínculo entre madre o padre y los hijos es tan fuerte energéticamente, que ellos bailan al son de tu energía. Tus hijos nunca se mueven por lo que les dices hablando, siempre actúan movidos por la vibración que emites y en base a ello tienen un comportamiento. Los niños perciben mil veces más que nosotros la energía, esto es porque son los grandes maestros de la conexión con el momento presente, para ellos no existen nada más y por eso perciben tan claramente nuestra vibración y actúan en consecuencia.

El “día de la marmota” tiene salida 

Cuando consigues ver tu punto ciego y abrir esa distorsión, y por tanto cambiar tus pensamientos y tu energía, tanto tu hijo/hija, como tu pareja, o tus amigos o tus compañeros de trabajo o tu jefe que siempre repiten un comportamiento y forman parte de los personajes de la película que decides vivir cada día de la marmota, cambiarán como por arte de magia y dejará de repetirse la situación. No son ellos quien deciden que experiencia vas a tener, eres tú quien invita a tu vida esas situaciones para tener un aprendizaje. Cuando lo transciendes ya no lo necesitas y desaparece, como si despertaras y salieras del día de la marmota. Muchas veces no somos capaces de ver estos puntos ciegos nosotros mismos y necesitamos que un profesional nos ayude en el proceso, puedo asegurarte que cuando tienes acceso a la lógica distorsionada que te hace atraer esas situaciones el cambio se produce a una gran velocidad.

Tu inconsciente te dirige 

No solemos ser capaces de verlo nosotros mismos porque nuestro cerebro se divide en 95% inconsciente y 5 % consciente, y la velocidad de nuestro cerebro inconsciente es de 20 millones de bits y del consciente 40 bits. Con estos porcentajes y la gran diferencia de velocidad con la que operan te habrás dado cuenta que la ilusión de tener el control sobre nuestra vida es solamente eso, una ilusión, porque mientras nos hacemos consciente lo inconsciente, nuestro subconsciente dirige nuestra dirección, comportamientos, reacciones, percepciones de la realidad…etc. Pensar que no somos marionetas de nuestra mente inconsciente es solo un espejismo que nos mantiene en el modo automático en el día de la marmota eternamente. En realidad, lo demás nunca nos hacen lo que nosotros mismos no nos hacemos y lo importante no es la situación en si misma, lo relevante es lo que te hace sentir dicha experiencia, porque cada uno somos un universo y nuestra percepción sobre las cosas es única y lo que cada uno sentimos, por tanto, ante una misma situación es diferente

 Montse Solana Vidal. Sesiones online- Primera sesión GRATUITA.Tf. 687 890 321


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