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El concepto de masaje que tenemos, por lo general no es más que una manipulación placentera para el bebé, pero éste va más allá de la aplicación de unas técnicas, como nos cuenta la educadora en masaje infantil de AEMI y psicóloga, María Pérez Monserrat.

Si echamos la vista atrás y nos fijamos en los cuidados que nuestros antepasados ofrecían a sus bebés, predominaban el contacto piel con piel, las caricias, los brazos, etc. A finales del S.XX, se fueron abandonando estas prácticas de contacto argumentándolo con el posible riesgo de mimar demasiado a los niños. Afortunadamente, esto ha dado un giro en las últimas décadas gracias en parte a la vivencia de Vimala McClure en un orfanato de la India en los años 70, donde observó la importancia que allí se daba al masaje a los bebes. Años después, crea el programa internacional de Masaje Infantil de la IAIM (International Association of Infant Massage).

Los estudios interculturales han demostrado que en aquellas sociedades en las que los niños son cogidos en brazos frecuentemente, acunados, amamantados y reciben masajes habitualmente, de adultos son menos agresivos y violentos, más cooperadores y compasivos. Estos datos nos deberían ayudar a no desechar las prácticas tradicionales ya que son costumbres que pueden enriquecer nuestras vidas y las de nuestros pequeños.  Hoy en día el programa de la IAIM se imparte en más de 50 países.

UN ACTO DE AMOR

El masaje infantil se remonta a estas prácticas tradicionales de contacto piel con piel. Se trata de una técnica sutil, tierna y agradable, que, por medio de la estimulación táctil, nos permite comunicarnos de una forma intensa con el mundo corporal y emocional del niño. Es el arte de la comunicación a través de las miradas, las sonrisas, el contacto, las palabras, el juego acercándose a cada bebé de forma única. Las manos cálidas de los progenitores generan una comunicación especial, por medio del lenguaje que va más allá de lo verbal y lo físico: es un acto de amor. Para un bebé, el masaje es algo más que una experiencia lúdica, sensual o un tipo de terapia física. Es una herramienta que facilita un espacio donde se genera un fuerte vínculo con los padres, fomentando un diálogo de amor que beneficia tanto a quien lo recibe como a quien lo da.

BENEFICIOS DEL MASAJE INFANTIL

El masaje infantil tiene muchos beneficios para el desarrollo fisiológico, psicológico y emocional del bebé. Entre todos los beneficios que tiene el masaje infantil, podemos agruparlos en cuatro grandes bloques: ALIVIO, ESTIMULACIÓN, INTERACCIÓN Y RELAJACIÓN.

El niño no se nutre sólo de comida, necesita fundamentalmente amor y cariño, que le proporcionen una seguridad y acogida emocional para poder crecer de forma más armónica. El tacto es un nutriente que no beneficia tan sólo al bebé, sino también a los padres y madres y/o personas más cercanas a él, estimulando y fortaleciendo los vínculos afectivos y la escucha mutua. La sensibilidad de la piel es una de las funciones más importantes del cuerpo y una de las que se desarrolla en un estadio más temprano. Por la piel se cubren necesidades básicas como son: calor, apego, soporte, contención, sensaciones quinestésicas, descarga de energía y amor.

La estimulación sensorial natural del masaje infantil acelera el proceso de mielinización del cerebro y sistema nervioso que acelera la transmisión de los impulsos desde el cerebro al resto del cuerpo. Al nacer no está aún completo el proceso de revestimiento de los nervios; la estimulación cutánea acelera este proceso y mejora la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.

Por otro lado, los beneficios de la estimulación de la piel a través del masaje, se ven reflejados en el sistema respiratorio ya que ayuda en el proceso de oxigenación, en el sistema inmunitario y en el sistema endocrino siendo el masaje un buen aliado contra los cólicos de los bebés (que trataremos en el próximo número de la revista). Los contactos piel con piel y los masajes también contribuyen para lograr un estado de relajación frente a los momentos de activación de los niños, ya que mejora el sueño, relaja el tono muscular y ayuda a eliminar tanto las tensiones físicas como emocionales.

ESTRUCTURA DEL MASAJE INFANTIL

Una de las ventajas del programa del masaje infantil, es la sencilla forma en la que se presenta a las familias. El/la educador/a muestra los movimientos y técnicas con un muñeco, siendo los padres quienes lo llevan a cabo con sus bebés, tomando como modelaje al educador. Para un correcto aprendizaje y aceptación, está estructurado en cinco sesiones en las que, en cada una de ellas, se trabaja una parte del cuerpo, siempre y cuando hayan sido integradas las técnicas anteriores. Todo ello se lleva a cabo creando un ambiente cálido y de respeto, donde los padres y madres puedan compartir sus dudas e ideas, creando, entre todos, un espacio de escucha activa y empatía hacia las necesidades de cada familia.

BEBÉS CON NECESIDADES ESPECIALES

Los niños con necesidades especiales también se pueden beneficiar de esta técnica. Diversos estudios han probado que los bebés prematuros que han recibido las ventajas del tacto, aumentan más de peso que los que no lo han recibido y tienen un mejor desarrollo tanto físico como neurológico. El masaje infantil, se muestra también especialmente indicado como prevención en casos de niños maltratados o con riesgo de serlo. Los padres y madres con niños discapacitados encontrarán en el masaje una forma más cariñosa de comunicarse con ellos. En casos de niños hospitalizados, el masaje infantil acelera el proceso de recuperación. Actualmente centros hospitalarios, de educación maternal, de atención primaria, de acogida, etc. están utilizando el masaje infantil como parte de su programa terapéutico.

¿SOLO PARA BEBÉS?

Se ha hecho alusión todo el tiempo al término masaje infantil relacionándolo, principalmente, con los bebés. Esto no quiere decir que sólo los niños más pequeños sean los receptores y beneficiarios de esta práctica. Hasta los doce años, los niños son más táctiles-quinestésicos, es decir, usan más la percepción cutánea que la vista o el oído para recoger información sobre el mundo y, por ello, un contacto piel con piel en edades más avanzadas, puede ayudar a liberar mejor los sentimientos y pensamientos que la comunicación verbal. El proceso de unión entre padres e hijos continúa a estas edades. No porque éstos hayan superado la fase de bebé, dejan de necesitar un masaje afectuoso. A medida que el niño se aleja de los brazos de sus padres, aumenta la necesidad de los momentos de proximidad mediante otras formas, por ejemplo, una cálida sonrisa, un abrazo o un masaje afectuoso. Evidentemente, la constitución física de los niños va modificándose con los años, por lo que los movimientos se tienen que adaptar a sus miembros en desarrollo incluso acompañarlo con algún juego o actividad que los niños de mayor edad lo vean como algo más atractivo. Es necesario conocer y entrenarse en estos movimientos, ya que van más allá de las agradables caricias, y requieren el aprendizaje de una técnica concreta por parte de los progenitores.

 

 

PARA MÁS INFORMACIÓN

Aquellas personas que deseen conocer más en profundidad el masaje infantil, pueden obtener más información en la web de la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI):

https://www.masajeinfantil.org/ o para saber los próximos cursos que se realizarán, bonos regalo, etc., ponerse en contacto con la educadora en masaje infantil acreditada de la AEMI y psicóloga:

María Pérez Monserrat. Psicóloga y Educadora en Masaje infantil. www,sientetubb.es . mail: sientetubb@outlook.es . Telf: 649 736 777


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