La salud ocular de nuestros niños es importante, porque unos ojos sin problemas son fundamentales para su desarrollo. Si ve mal, no se moverá con la misma soltura, no participará de los juegos de la misma manera, incluso tenderá a acercarse a ver la televisión. Pero ¿cómo detectar los problemas de visión? El pediatra te da todas las claves.
Los problemas de visión se dan en uno de cada tres o cuatro niños, lo que correspondería al veinticinco o treinta por ciento de la población infantil. Es muy importante hacer revisar por su pediatra desde el nacimiento, y posteriormente con el optometrista y/o con el oftalmólogo. Los defectos se deben diagnosticar y corregir antes de los siete u ocho años, pues a los ocho años el niño ya ve como un adulto.
Aproximadamente un veinticinco por ciento de la población infantil tiene problemas de visión
Desde el nacimiento
Desde que el bebé nace se debe revisar su vista. Los recién nacidos se someten a la revisión del pediatra, si no presentan anomalías que sean evidentes o antecedentes familiares de problemas. En ese caso tendrían que ser vistos por un oftalmólogo pediátrico.
Tu pediatra te irá indicando cuándo deben realizarse las revisiones oculares, pero será a los tres años cuando se puedan realizar pruebas para determinar la agudeza visual de los pequeños.
Nosotros podemos detectar si el niño tiene algún tipo de problema relacionado con los ojos, si vemos que se los frota con cierta frecuencia o que presenta fotofobia, le vemos cierto enrojecimiento de los ojos, o lagrimeo. En cuanto lo detectemos debemos acudir al pediatra para que identifique qué le ocurre y se pueda poner remedio lo antes posible.
Corregir el problema
La mayoría de los problemas oculares pueden resolverse con el uso de gafas graduadas, que se pueden usar a cualquier edad, incluso cuando son bebés. La utilización de gafas por los niños no es algo que les suela agradar, si no estamos pendientes se las quitarán, pero lo peor puede ser que tengan dificultades para adaptarse a ellos. Como padres hay que tener paciencia e ir facilitando esa adaptación.
A los niños hay que llevarlos al oftalmólogo a partir de los tres o cuatro años, para que pueda colaborar en la consulta
Claves para detectar la mala visión
¿Qué tenemos que ver los padres y profesionales para detectar precozmente una mala visión?
1- Comprobar si ve o no: cómo reacciona a la luz y a las fotos
2- Si siente dolor de cabeza
3- Ve mal el contenido en la pizarra
4- Se queja de cansancio al leer
5- Presenta ojos enrojecidos
6- Derivado de todo lo anterior, cierto retraso escolar
¿Cuándo debemos llevar a nuestro hijo al oftalmólogo?
Lo mejor sería a partir de los tres o cuatro años, y que el niño colabore en la consulta, máximo a los cinco años. Si tiene algún problema debe ir a una revisión anual. Requiere que se le realicen unas pruebas básicas:
1- Bebé: seguir objetos o estímulos. Desviación, pupilas, reflejos
2- De seis meses a tres años: agudeza visual en consulta del pediatra
3- A partir de los tres años: con dibujitos que el niño conozca o la letra E en distintas posturas.
Principales enfermedades de los ojos
El niño puede presentar distintas enfermedades oculares, la mayoría fácilmente detectables y con fácil corrección. Entre las más frecuentes están:
1- Miopía: influye mucho la herencia de los padres. El defecto se corrige con gafas de visión.
2- Hipermetropía: ver mal de cerca, se comienza a detectar cerca de los cuatro años y se corrige a medida que el niño va creciendo.
3- Astigmatismo: mala visión de lejos y de cerca, producida por una curvatura en la córnea. Ven los objetos deformados y los niños suelen guiñar los ojos o tuercen la cabeza. Se corrige con gafas.
4- Estrabismo: es normal que los ojos estén descoordinados hasta los seis meses de edad.
5- Ojo vago: distinta velocidad en el movimiento. En bebés hasta el año hay dudas porque la nariz es muy grande para su tamaño y aun los músculos del ojo no están perfeccionados.
6- Obstrucción del conducto lacrimal: desde que nace al niño le lagrimea uno de los ojos continuamente, en muchas ocasiones con legañas, que no se corrige con masaje; y a veces precisa de una leve intervención.
7- Cataratas congénitas: se detectan con sencillas exploraciones, y ante la duda se deriva al oftalmólogo. Puede ser una llamada de atención ver que ante el falsh de la cámara en una foto las pupilas del bebé no se ven iguales con el efecto ojos rojos (no se deben tirar muchas fotos con flash a los niños)
FRANCISCO POZO PRIEGO
Director médico de Policlínica Longares