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Desde el nacimiento el bebé ya está preparado para comunicarse, inicialmente a través del llanto, la mirada y la sonrisa y progresivamente irá realizando avances en esos sistemas comunicativos que asentarán las bases del lenguaje.

Antes de comenzar a hablar de dificultades en el desarrollo del niño, me parece importante partir de la consideración de que el desarrollo evolutivo de los niños es individual y, por lo tanto, debemos ser respetuosos y comprensivos con el ritmo de cada desarrollo.

Señales de alerta

Sin embargo, existen ciertos signos de alerta que pueden ayudarnos a detectar alguna dificultad en dicho proceso de adquisición del lenguaje. Entre las señales que pueden ayudarnos tanto a padres como a educadores están:

  • Entre los 18 y 24 meses el niño dice menos de 10 palabras inteligibles.
  • Entre los 2 y 3 años no tiene un vocabulario extenso (menos de 50 palabras) o no construye frases con la estructura sintáctica nombre+verbo+nombre (ej. “nena tiene sueño”).
  • El bebé no tiene sonrisa social. Durante los primeros meses, el bebé produce dichas sonrisas como respuesta a estímulos que le presentan las personas de apego. Podríamos decir que se trataría del primer intercambio comunicativo bidireccional de nuestro bebé, es decir, una de las primeras conductas sociales relacionadas con las emociones.
  • El niño evita el contacto ocular mientras habla. Mirar a los ojos a nuestros hijos es fundamental para su correcto desarrollo cerebral y sienta las bases de la comunicación. Es un aspecto fundamental de la comunicación no verbal.
  • Muestra ciertas actitudes durante el juego. Jugar es vital y necesario para que los niños se desarrollen mental, física y emocionalmente. Al observar su juego, hay señales que nos pueden alertar:

→ Juego estereotipado y rutinario. Podríamos decir que juega siempre a lo mismo (ej. juegos de coches), con los mismos objetos (ej. determinados coches) y de la misma manera (ej. lanzarlos por un tobogán).

→ Tendencia excesiva y obsesiva por el orden.

  • No comprende el lenguaje gestual. Es importante que el niño comprenda nuestro lenguaje gestual, no verbal que le da intensidad a nuestras palabras para posteriormente desarrollarlo mediante la imitación. Dicho lenguaje les permite hacerse entender cuando comienzan a tener la necesidad de comunicarse, pero todavía no han alcanzado la capacidad de producir palabras.
  • Tiene dificultad para producir frases complejas. Es importante que vayamos comprobando la dificultad sintáctica de las frases que va construyendo es cada vez mayor. Así, por ejemplo, un niño comenzará comunicando sed a través de la palabra “agua”, para ir evolucionando progresivamente a otras construcciones más elaboradas “nene agua”, “mamá quiero agua”, “¿me das agua por favor?” …

Disfruta del momento

Se trata de una de las primeras etapas de apasionantes cambios en la vida de nuestros hijos, no sólo en el área del lenguaje sino en todos los aspectos evolutivos (autonomía, motor, social, emocional…). El lenguaje será una herramienta imprescindible en dicho “despegue vital”. Así que preparemos dosis de paciencia y amor por igual para acompañarles en dicha etapa.

Cómo ayudarles en su desarrollo lingüístico

Es muy importante la detección temprana de cualquier dificultad en el desarrollo del lenguaje para decidir el tratamiento correspondiente adecuado al niño, su edad y dificultad. Por otro lado, a lo largo del día a día existen numerosas situaciones en las cuales los padres podemos favorecer dicho desarrollo. A continuación, os proponemos una serie de

RECOMENDACIONES:

  • Hablar con ellos continuamente sobre las actividades que se estén realizando en ese momento, sobre hechos divertidos del pasado, etc…
  • Utilizar un vocabulario rico evitando un lenguaje infantil (ej. “guau guau” en vez de “perro”, “nonon” en vez de “dormir” …). También hay que intentar no abusar del uso de diminutivos (“casita”, “perrito” …). Es importante recordar que vamos a ser modelos de lenguaje.
  • Sustituir órdenes por sugerencias (“¿Qué te parece si…?”) fomentando más el inicio del diálogo y la comunicación. Puede que al principio sólo responda a las sugerencias de manera gestual (asintiendo con la cabeza) pero progresivamente irá emitiendo verbalmente (al principio simplemente con un “sí” o un “no”).
  • Dar tiempo a sus respuestas, es decir, no anticiparse en responder por ellos, aunque observemos cierto tartamudeo propio de esta etapa. Es importante esperar a que nos contesten para mantener el intercambio comunicativo sin interrumpirle en el momento que inicie la verbalización.
  • Realizar extensiones sobre lo que dice el niño para aumentar la longitud de sus mensajes. Así, por ejemplo, si el niño nos dice “agua”, nosotros podemos continuar: “¿Agua?, “quieres agua porque tienes sed”, “mira, te voy a echar agua en este vaso”, “¿está fría el agua?” …
  • Hacer actividades conjuntas con el niño para ampliar vocabulario (partes del cuerpo, comidas, utensilios de cocina…). Se trata de actividades cotidianas de la vida diaria que se pueden hacer con ellos (poner la mesa, poner la lavadora, preparar una maleta, bañarnos…).
  • Favorecer la masticación mediante la ingesta de alimentos sólidos fortaleciendo la musculatura de los órganos del habla. Se ha comprobado que hay relación entre la introducción tardía de alimentación y la hipotonía facial de los niños.
  • Reducir el uso del chupete durante el día para facilitar el balbuceo y la experimentación con los sonidos.

¡Aprender es divertido!

La elección de los juguetes también juega un papel crucial en este tema. Dentro de las actividades, juguetes y juegos, recomendamos:

Juguetes para soplar: instrumentos musicales (armónica, flauta…), pomperos de jabón, molinillos…

Canciones: favorecen el desarrollo del área fonética del lenguaje (entonación, pausas, pronunciación…). Es importante que las canciones vayan acompañadas de gesticulación y movimientos.

Cuentos: facilitarán el vocabulario, es decir, el contenido del lenguaje (animales, partes del cuerpo, vehículos, alimentos…). Posteriormente, se pueden elegir otros cuentos con un hilo conductor más complejo e invitar al niño a que vaya explicando lo que va sucediendo en la historia.

Marionetas: desarrollar historias a través de marionetas y personajes.

Juego simbólico (ej. Cocinitas, teléfonos…). Ej. no es necesario comprar específicamente un juguete de teléfono, es preferible usar cualquier objeto “como si…fuese un teléfono” para que el niño juegue a llamar a papá o a mamá…

Eva Salamanca Mezquita

Psicóloga de Grupo Nanyland


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