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Hay quienes piensan que poner unas gafas de sol a un niño pequeño es algo ridículo. Los especialistas, cada vez más, aconsejan proteger los ojos del bebé desde edad temprana para evitar lesiones importantes. En este artículo te vamos a explicar qué modelo de gafas le conviene a tu hijo y qué cuidados debes procurarle para salvaguardar la salud de sus ojos. 

Hoy en día se comercializan modelos de gafas destinados a los bebés de pocos meses, pero sea cual sea la edad del niño, es importante que la montura se adapte a la morfología de su cara. Es importante adquirir las gafas de sol de niño en una óptica, ya que es la única manera de asegurarnos de que las lentes cuenten con un filtro protector contra los rayos ultravioleta, A y B, y que no sean simplemente una lente tintada. Hay multitud de establecimientos que venden gafas con cristal oscuro que sólo reducen la claridad, pero no protegen contra los rayos nocivos del sol.

 

En los últimos años ha sido cuando hemos tomado conciencia de proteger los ojos de los niños igual que su piel, y ha sido por ello, que en las ópticas ya podemos encontrar gafas de niño incluso con cristales polarizados.  Para los niños más pequeños, es aconsejable comprarles gafas con una cinta elástica que las mantenga en la posición correcta, ya que su tabique nasal aún no es un buen punto de apoyo.

 

Los niños que ya utilizan gafas graduadas están más que acostumbrados a su uso, y las llevarán todo el día sin problemas. Aquí tenemos dos opciones, comprar un segundo par de gafas graduadas pero de sol, o poner en su gafa graduada lentes fotocromáticos, que son un tipo de cristales que oscurecen con la luz solar.

¿Cómo protejo su vista?

 

1 Gafa de sol y gorra: el verano es la época de mayor radiación solar, es decir, que los rayos ultravioleta tienen un índice especialmente alto. Esto supone una mayor capacidad de producir lesiones en las zonas sensibles a ésta radiación. Estamos muy acostumbrados a proteger la piel de los niños con cremas de protección total, pero no tanto a proteger sus ojos. Hay que utilizar gafas de sol homologadas con filtros UV, y como protección adicional en niños, una gorra con visera.

 

2 Antes del año de edad la retina recibe el 90% de los rayos UVA y más del 50% de los UVB. Así que además de lo dicho anteriormente aconsejamos el uso de sombrilla en el cochecito del bebé.

 

3 Piscinas: el cloro es un agente imprescindible para el mantenimiento de las piscinas por su acción desinfectante, pero en algunas personas puede producir irritación ocular que se manifiesta pasados 30 minutos del baño. Además, el exceso de cloro multiplica el riesgo de contraer conjuntivitis. La mejor protección son las gafas de natación para aislar el ojo del contacto directo con el agua.

 

4 El aire acondicionado: reseca los ojos más aún que la calefacción, debemos tratarlo con lágrimas artificiales para evitar la sintomatología del ojo seco.

Bebé y mujer


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