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Generalmente, cuando hablamos del periodo de adaptación al colegio o la escuela infantil, lo hacemos desde el punto de vista del alumno. Desde mi experiencia se trata de un cambio en donde todos nos adaptamos a esta nueva situación: familia, niños y educadores. Por eso, nosotros preferimos llamarle a estos primeros días “tiempo de acogida”.

Para las familias es un esfuerzo muy grande confiar el cuidado de sus hijos a unos  desconocidos, y son muchas las emociones que se activan, generando diferentes comportamientos en los padres. Separarse del hijo/a es sin duda un pequeño duelo que conviene gestionar para que no tenga un impacto negativo en el niño/a ni en uno mismo.

Los distintos comportamientos son impulsados por emociones y creencias que se activan cuando los padres dejan a su pequeño en la escuela infantil.

¿Qué motiva este comportamiento?

El miedo a que “sufra” o al menos, no esté tan feliz como con ellos. Es una emoción normal a escuchar y saber canalizar para que no condicione la forma de despedirse y dificulte así el proceso de adaptación a la nueva situación.

También, a veces, se activa el sentimiento de culpa por no dedicar todo el tiempo del día al hijo/a y en algunos casos “invade” a los padres la tristeza y la frustración por no poder disfrutar este tiempo tan especial del desarrollo del hijo/a.

Tanto padres como hijos deben vivir el tiempo de separación con tranquilidad, como un espacio de desarrollo personal

Estas emociones son absolutamente normales; la clave está en tomar conciencia de ellas y saber cómo liberarlas para que, tanto padres como hijos, puedan vivir el tiempo de separación cotidiana con tranquilidad y como un espacio de desarrollo personal que luego podrán compartir y disfrutar al reencontrarse, ya que los niños, seguro que se divertirán con las múltiples y variadas actividades artísticas, pedagógicas y culturales de la escuela infantil o colegio, con las que irá forjando una base sólida para su desarrollo personal e intelectual.

Pautas para facilitar la incorporación al cole o  escuela infantil

La Disciplina Positiva nos enseña cómo facilitar este proceso. La recomendación para los padres basada en esta metodología es tomarse un tiempo para poner nombre a lo que están sintiendo al separarse del hijo/a en la escuela:

¿Es miedo?, ¿es tristeza, culpabilidad, frustración? Una vez identificada la emoción, decirse a uno mismo que nuestro hijo va a estar bien, va a disfrutar del proceso de ir descubriendo este maravilloso mundo y de las relaciones con otras personas y que, al recogerle cada día de la escuela, podremos seguir disfrutando con él/ella sus pequeños grandes avances con energía renovada, libres de culpabilidad, miedo y frustración, centrados en compartir con él/ella un tiempo de calidad que refuerce nuestro vínculo familiar y que nos dé tranquilidad y seguridad para los momentos de las pequeñas separaciones.

Y los profes… ¿qué dicen?

Para conocer mejor cómo enfocan en positivo este “tiempo de acogida” las educadoras de infantil, hemos entrevistado a algunas de ellas, realizándolas las siguientes preguntas:

¿Cómo os preparáis para abordar este momento?, ¿cuáles son los trucos que utilizáis para generar conexión con los alumnos?

Diana Ruiz Arcones, profesora del aula de 1 – 2 años de “El Mundo de Mozart”, me comenta, que para poder acompañar al niño y a su familia en este proceso, para ella lo primero es sentirse tranquila y confiada. Utiliza una actividad que tiene mucho éxito en su clase: juegos con pompas de jabón. Otra cuestión fundamental que me cuenta es la importancia de utilizar diferentes tonos de voz que transmitan a los niños alegría y al mismo tiempo seguridad.

Lorena Díaz Cid, profesora del aula 2 -3 años de “El Mundo de Mozart”, añade que la tutora de la clase tiene que tener la mente abierta y flexible para darle su espacio a cada niño. No obligarle a cantar, jugar o escuchar un cuento, sino permitirle que conozca por sí mismo el entorno de la clase, a los compañeros, explorar los nuevos juguetes… facilitando que el niño se incorpore al grupo poco a poco. El educador puede ayudarle en ese momento llamándole por su nombre o dándole un abrazo, siempre preguntándole si lo necesita porque muchas veces damos por supuesto que él o ella desea ese contacto físico y sin embargo el niño/a lo rechaza.

Los educadores ponen cariño y esfuerzo para que esta etapa sea natural, respetuosa y feliz para los pequeños

Leticia Moreno Moreno, profesora del aula 0 – 1 de “El Mundo de Mozart”, me explica que el periodo de adaptación en esta etapa de 0 a 1 es totalmente diferente que en el resto de aulas. Lo fundamental para ella es conocer a las familias de sus alumnos y empatizar con los sentimientos. En la mayoría de los casos es la primera separación desde el nacimiento del bebé y la incorporación del niño/a a la escuela significa que termina la posibilidad de seguir encargándose del cuidado de su hijo/a y es momento de volver al trabajo. En esta situación surgen muchas dudas: ¿estará bien en la escuela infantil?, ¿hemos tomado la mejor decisión o lo deberíamos haber dejado con los abuelos?

¿Cómo podrían apoyar los padres a sus hijos?

Visitar el centro con los niños antes del primer día de cole, para que los niños conozcan el espacio físico y, si tienen oportunidad, a sus nuevos profesores también.

Mantener una actitud serena y positiva: muchos niños rechazan ir a la escuela infantil porque perciben la inseguridad de su mamá o papá ante las preguntas: ¿tardará mucho en adaptarse?, ¿llorará mucho? En algunas ocasiones, los padres se sienten culpables por dejarlos en el centro y no poder quedarse más tiempo en casa con ellos o sienten miedo porque les pueda pasar algo. Para superar estos sentimientos es importante confiar que las decisiones que se toman están basadas en buscar lo mejor para los hijos/as; esto servirá para mantener una actitud positiva en esta nueva etapa y transmitirles confianza a los niños.

Favorecer la autonomía en los niños: ésta les aporta seguridad y confianza. Algunos  ejemplos útiles son: ir al centro andando y de la mano,  preparar  juntos sus cosas personales así como los uniformes.

Convertir la entrada y salida de la escuela infantil en una práctica agradable: durante los primeros días la mejor opción es que sean el papá o la mamá los encargados de llevar y recoger al niño a la escuela. De esta manera el pequeño se sentirá más confiado y le ayudará a adaptarse mejor al cambio de rutina.

Para terminar, desde mi experiencia, en estos 15 años como directora de la escuela infantil El Mundo de Mozart, he aprendido que lo más importante en este tiempo de acogida  es validar las emociones de los niños y sus familias. Nadie puede garantizar al despedirse de ellos en la puerta: «Que se lo van a pasar muy bien». Cada niño sigue su propio ritmo,  algunos se adaptan rápido y a otros les cuesta un poco más. Lo que sí se puede garantizar, es que los profesionales de la educación ponen todo su cariño y esfuerzo para que esta etapa sea natural, respetuosa y feliz para los pequeños. 

DENISE ZARRUK VARGAS

Directora de la Escuela infantil El Mundo de Mozart

 


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